En 1998 se cree que había unos 6.000
ejemplares por kilómetro cuadrado en Xochimilco. Pese a todo, el doctor
Zambrano, que ha participado en la investigación, ha declarado: "Todavía
estamos analizando los datos, por lo que pueden cambiar un poco".
A pesar de ser un animal popular que además
se utiliza en laboratorios, escuelas e, incluso, como mascota, su futuro es
bastante incierto.
La supervivencia a largo plazo del ajolote
en la naturaleza se ha convertido en crítica y algunos científicos reconocen
que es necesario actuar urgentemente para restablecer el número de ejemplares y
también su hábitat, pues en una de las zonas estudiadas se ha encontrado
únicamente un ejemplar.
El aumento de la población acelera su
desaparición
El equipo del doctor Zambrano ha estudiado
la región del Xochimilco, un sistema complejo de canales de agua artificiales,
pequeños lagos y humedales que suministran agua a Ciudad de México, la capital
del país, que suma una población de unos 18 millones de habitantes.
Con el aumento de la población, se ha
reducido de forma drástica el hábitat natural del ajolote, que sobrevive cerca
de los escasos manantiales naturales que quedan de agua natural.
Su trabajo más reciente muestra que la
reducción de calidad del agua es uno de los principales factores que aceleran
la desaparición de la especie.
Otra de las razones es la introducción de
un importante número de ejemplares de carpa y de tilapia que compiten con el
ajolote por alimento y por recursos y, además, se comen los huevos del propio
ajolote.
Un animal inusual
El ajolote tiene apariencia de lagartija,
vive como un pez, pero está clasificado como anfibio. Así, a diferencia del
resto de salamandras, vive toda la vida en el agua.
Además, puede permanecer joven todo el
tiempo que desee, pues si no quiere crecer, tiene la posibilidad de mantener su
estado de cría. Sólo en casos extremos decide crecer y salir del agua, pero la
mayor parte de ellos prefiere quedarse en su lugar de origen: el fondo de lagos
y canales de Xochimilco.
Puede llegar a medir hasta 30 centímetros,
como las clases de salamandra más grandes. Su color típico es el negro o café,
pero en cautiverio suelen criarse salamandras blancas e incluso albinas.
Suele vivir entre una década y década y
media, y se alimenta de moluscos, insectos, crustáceos y peces pequeños.
Normalmente es un depredador, razón que le impide convivir junto a peces de
mayor tamaño.
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